Después de su experiencia como actriz y titiritera profesional, Ruth Rodgers nos cuenta cómo se lanzó a abrir The Canvas Cafe al este de Londres.
En 2009 se me ocurrió que sería genial abrir un espacio que recogiera las opiniones de la gente y en el que se celebraran talleres y eventos sobre felicidad, confianza y bienestar. Soñé con ello durante 5 años, hasta que el año pasado mi sueño se hizo realidad con la apertura de The Canvas Cafe.
Ya hemos cumplido un año y en este tiempo he comprendido el verdadero significado de dos palabras: perseverancia y resistencia. Somos una empresa muy pequeña, yo soy la dueña y no hay inversores anónimos, solo yo. Tuvimos que confiar en el boca a boca, en un excelente producto y en eventos interesantes para conseguir que la gente se decidiera a entrar por la puerta.
Estuvimos mucho tiempo pensando en el diseño de The Canvas Cafe, en absolutamente todo, desde encontrar el amarillo perfecto hasta decidir dónde íbamos a utilizarlo.
¿A qué crees que se debe el éxito de tu empresa?
Hay una sensación mágica de la que me siento muy orgullosa. Se nota en la atmósfera tranquila del local, en la simpatía de los trabajadores, en la comida casera de los proveedores locales, y en el sentido de comunidad que transmitimos.