Toda empresa de éxito ha nacido de una sencilla idea, una pequeña luz que se enciende en alguna mente y desencadena la reacción de toda la maquinaria cerebral.
Pero una gran idea es solo un pequeño primer paso. Si todas las grandes ideas se convirtieran en negocios rentables, todos seríamos emprendedores. Lo único que podemos decir con certeza es que algunas ideas son viables, otras no, y otras solo necesitan un poco de suerte, financiación y confianza.
Pero… ¿Cómo se puede notar la diferencia? Pues principalmente preguntándote a ti mismo esas preguntas difíciles que dejan al descubierto los puntos débiles de tu idea (o que acaban sacando a la luz puntos fuertes que desconocías). ¿Tienes alguna experiencia en la industria? ¿Has pensado en cómo vas a conseguir financiación? ¿Quién va a comprar este producto?... Estas son solo algunas de las cuestiones que tener en cuenta.
Si quieres poner a prueba la solidez de tu idea, revisa a fondo nuestro diagrama de flujo interactivo. Es una forma muy sencilla de comprobar si puedes dar el siguiente paso para abrir una empresa, o si necesitas darle unas cuantas vueltas más a tu plan.
Si tu idea de negocio ha superado la prueba de nuestro diagrama de flujo (y con suerte ha demostrado su valía), estamos deseando conocer tus resultados y opiniones. Cuéntanoslo todo a través de Twitter con el hashtag #MOOStartupKit y descubre cómo le ha ido a los demás.