De la vida real a la vida digital: construyendo un negocio con alma

Crear un negocio es algo más que diseñar un buen producto, es encontrar una gran idea, una motivación que te estimule. Nos reunimos con Amanda Wayne, fundadora del establecimiento de bienestar Head and Hands para averiguar cómo lo hizo (y por qué le encanta su nuevo MOO Notebook).

Los pequeños negocios con un gran corazón, aquellos con un propósito como motor en lugar de un producto, tienen hoy en día grandes oportunidades de prosperar en la economía online. Nos encanta encontrar en nuestra comunidad aquellos empresarios que no se limitaron a crear un negocio, sino a darle vida a su idea. La emprendedora y diseñadora ubicada en Londres Amanda Wayne decidió lanzar su negocio, Head and Hands, con una idea de bienestar en mente.

¿A qué se dedica Head and Hands?

Head and Hands es un negocio con tres ramas. En primer lugar, es una tienda. Inicialmente era una tienda física, pero ahora es online. En segundo lugar, organizamos talleres de manualidades que imparto tanto yo como otros artistas y artesanos. Y en tercer lugar está lo que me impulsó a crear mi negocio en primer lugar: los masajes de cabeza indios.

El nombre “Head and Hands” (Cabeza y manos) nos inspira a tener un vínculo con nosotros mismos: mantén tus manos ocupadas y tu mente feliz. Intento encontrar maneras de hacer que la gente se tome un respiro, pasen tiempo con ellos mismos, sean felices y se relajen.

¿De dónde surgió la idea?

Sufro de algunos problemas de salud crónicos e intenté encontrar ayuda en la medicina alternativa. Me di cuenta de que tenía que empezar encontrando un lugar para relajarme. Visité a un reflexólogo facial, que es igual que en los pies, ¡pero en la cara! ¡Y fue increíble! Me ayudó muchísimo. Tenía una consulta fantástica, era como un santuario.

En nuestras citas para recibir tratamiento manteníamos conversaciones realmente interesantes que me hacían sentir que alguien me escuchaba y se preocupaba. En ese momento empecé a pensar que me gustaría crear algo similar, pero relacionado con mi experiencia en el mundo del arte y la artesanía. Realicé un curso de masaje de cabeza indio que cierra el círculo de la relación entre cabeza y manos.

¿Cómo te llevó tu experiencia en el mundo del diseño hasta aquí?

Antes de Head and Hands, trabajé para un estudio de diseño impartiendo talleres para la comunidad local. Colaboraba con comunidades en proceso de cambio y les ayudaba a encauzar algunas de sus decisiones relacionadas con diseño.

Estudié diseño y arte gráfico en la universidad y a continuación me dediqué a trabajar en escuelas, reuniendo mi experiencia en el mundo del arte con el contacto directo con la gente. Las personas siempre han estado en el centro de mis actividades. Este trabajo es lo que me hizo darme cuenta de lo realmente interesante que es la transformación que sufre la gente cuando están creando. El poder relajante de la artesanía. He trabajado con mucha gente vulnerable que simplemente se transforman cuando están aprendiendo, creando y trabajando con sus manos.

Después de finalizar mis estudios universitarios creé mi negocio como diseñadora gráfica e ilustradora y el nombre de mi compañía era “With your hands” (Con tus manos), porque me interesaba especialmente el trabajo táctil y apartarme de la tecnología. Siempre he intentado evitar la tecnología al máximo y trabajar puramente con el cuerpo. Si ahora miro hacia atrás a mi carrera previa, estos factores coinciden en todos mis trabajos anteriores.

¿Cómo encontraste el local para ubicar tu tienda?

Es una historia un poco extraña. Realicé el curso de masajista aunque aún no sabía al 100% el motivo, solo sabía que quería hacer algo nuevo. Y de repente, un local se quedó disponible en mi barrio, Walthamstow. En ese momento había en marcha un proyecto incubadora ayudando a nuevos negocios a establecerse así que pensé que podría crear no solo un espacio de masajes, sino algo más. Conocía a artistas y artesanos que podrían vender sus productos. Además imparto talleres, siempre lo he hecho, ¿por qué no reunir todas estas actividades?

En este punto no tenía muebles, no tenía productos para vender… solo tenía la idea que se me había ocurrido mientras rellenaba la solicitud. Tenía un nombre, pero ya está. Solo una idea que me pareció perfecta.

Realicé una entrevista para obtener el local y me lo ofrecieron inmediatamente. En ese momento solo tenía un mes para averiguar cómo iba a conseguir que todos mis muebles cupieran en el local. ¡La tienda era tan pequeña!

¿Cómo encontraste a tus proveedores?

Todos los productos que vendo están relacionados con el bienestar, el cuidado personal y la autoayuda. También celebran el trabajo de muchos artesanos diferentes. La regla es que todo esté hecho a mano. Conocía a un montón de diseñadores de joyería y alfareros así que ya tenía un núcleo de contactos interesados en ofrecer sus productos. También soy muy activa en Instagram, ahí encontré muchísimas obras interesantes y contacté con sus creadores.

Les conté la idea de esta tienda que aún no existía y les pregunté si les gustaría involucrarse, ¡y dijeron que sí! Entonces empecé a realizar pedidos de productos, como artículos inusuales del panorama herbalista de Estados Unidos. Allí hay gente increíble creando pociones que no puedes conseguir aquí.

Instagram es una manera genial de encontrar nuevos artistas. Es tan visual que puedes hacerte una idea de su estilo y sus valores. Tenía un presupuesto bastante limitado pero cuando la noche de la inauguración vi todos los productos en las estanterías, me pareció que todo encajaba perfectamente.

¿Cómo combinaste estas disciplinas en una única tienda?

Empecé a comprar productos en grandes cantidades. No tenía ni idea de cuánto necesitaría, y además tenía un presupuesto bastante ajustado. Conseguí que algunos amigos me ayudaran a montar los muebles y encontré artículos de decoración geniales en Ebay. La verdad es que no estaba segura de que fuera a funcionar pero todo salió a pedir de boca. Fue una señal. Nunca he comprado en tales cantidades antes para una tienda, así que tenía mucho que aprender.

La inauguración fue maravillosa. Todo había quedado perfecto. Normalmente dejo las cosas siempre para más tarde y no puedo dedicarme a una sola cosa al mismo tiempo, pero con la tienda tuve que concentrarme al máximo y hacerlo y punto. Como pasó todo tan rápido, pasó exactamente como yo quería.

Mucha gente me comentó que había hecho un trabajo de curadora realmente interesante y esa palabra, curadora, reúne lo que quiero que sea Head and Hands. Quiero ser la curadora de productos curiosos y compartir sus historias.

Cuando finalizó el programa incubadora, ¿cómo hiciste para ofrecer la misma experiencia online?

No hay nada comparable al vínculo que creas con tus clientes en una tienda física. Tenemos conversaciones interesantes, no hay prisa para comprar… se trata de crear un ambiente agradable y acogedor.

Online no puedes crear la misma experiencia, no es tan táctil. Pero estoy trabajando en ello en estos momentos. Uno de mis proyectos es crear un podcast sobre algunos de los artistas y sus productos para hacer que el espacio bidimensional cobre vida. Es una transición interesante.

Por supuesto, siempre puedes empaquetar y personalizar los pedidos de tus clientes, y de hecho disfruto mucho haciéndolo. Escribo un pequeño mensaje de amor para cada uno de ellos antes de enviarlos e incluyo adhesivos con mensajes inspiradores para que la experiencia de abrir el paquete sea también una de bienestar. Es el equivalente de tener una conversación real con el cliente.

Tienes muchas responsabilidades y tareas. ¿Cómo te sirves de tu MOO Notebook para ayudarte?

Es tan lujosa, ¡y robusta! Soy un poco torpe, siempre se me caen cosas en mis libros y pertenencia. Me encanta tener algo tan bonito y cuidar de él. Intento ser disciplinada y escribir un diario para mi paz mental y contribuir a mi cuidado personal.

Paso mucho tiempo al teléfono así que es genial poder desconectar con un libro físico. Me encanta el diseño plano, especialmente en las páginas centrales donde puedes hacer un dibujo a doble página.

Lo empleo para muchas cosas diferentes, es realmente multiusos. Para escribir listas de tareas, diseñar un plan semanal, esbozar ideas… No suelo usar cuadernos de este tipo. Normalmente acabo dibujando en trozos de papel y grapándolos, pero el Notebook tiene un diseño tan acogedor que no tuve ningún miedo de empezar a escribir. Las páginas tienen líneas pero son bastante suaves. Son como un mensaje: “Aquí están las reglas si las quieres, pero eres libre de romperlas.”

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