El creador del mes: Palette
¿Te has parado a pensar alguna vez en cómo conseguir ese tono exacto de azul cerúleo en tu lienzo? El colectivo creativo australiano Palette, artífice del galardonado proyecto Cube, lo ha hecho por ti. Ideado para fotógrafos, diseñadores, artistas o cualquier otra profesión relacionada con el color, Cube es un digitalizador de color portátil capaz de capturar cualquier color en cualquier superficie y luego igualarlo tanto en Photoshop como en una tienda de venta de pintura.
Fue en la Universidad de Melbourne en 2011 donde las mentes detrás de Palette —DJ Dikic de 27 años, Rocky Liang de 28 y Paul Peng de 26— se conocieron. Cube es el producto debut además de una historia de éxito que comenzó como un proyecto de final de carrera y en solo cuatro años se ha convertido en un negocio a nivel global con contratos de distribución en los cinco continentes. DJ nos cuenta aquí cómo ha sido este intenso viaje de Palette.
¿Cómo surgió la idea de the Cube?
Quería contribuir a hacer algo más significativo que, por ejemplo, un tostador inteligente. Al haber estudiado arte, pensamos en crear una herramienta que digitalizase el color. La tecnología detrás del proyecto no era algo nuevo pues ya existía a nivel industrial, pero no era accesible a la gente común y ahí fue donde vimos nuestra oportunidad.
¿Entraba en vuestros planes comercializar este proyecto?
No se nos había pasado por la cabeza empezar una compañía. Solo teníamos esta idea y queríamos crear un buen producto. Al principio era todo un tanto primitivo pero funcionaba bastante bien y, de hecho, ganamos varios premios. Sin embargo, después lo dejamos y buscamos trabajos de lo nuestro: Paul se metió en la banca, yo encontré trabajo en Ericsson como ingeniero y Rocky siguió estudiando.
¿Qué fue lo que cambió?
Fue a raíz del Programa de Aceleración organizado por nuestra antigua universidad que consistía en ayudas económicas de 20.000 AUD$ además de contar con una importante red de mentores. Al entrar en el programa, me pude permitir dejar mi trabajo y dedicarme en cuerpo y alma a Cube. El objetivo era lanzar nuestra campaña en Kickstarter a finales del 2013 y recaudar fondos para el desarrollo y la manufacturación del producto. Y fue ahí cuando Paul y Rocky también se unieron al proyecto a tiempo completo.
Parece que Australia es un buen lugar para emprender negocios. ¿Qué opinas?
En 2013 todavía no se sabía si se obtendrían resultados positivos al invertir en proyectos de este tipo. Pero creo que Australia se ha dado cuenta bastante rápido de su potencial ya que actualmente hay numerosas subvenciones para investigación y desarrollo así como incentivos fiscales.
¿Cómo llevabais la parte financiera?
Nuestra campaña en Kickstarter recaudó 150.000 AUD$, lo cual triplicaba nuestro objetivo inicial. Sin embargo, nos gastamos el doble en la producción así que no nos quedó ningún beneficio para nosotros. Además, tardamos un año en tener productos listos para la venta [en el mercado abierto] y, por lo tanto, en poder tener un sueldo.
No habrá sido fácil.¿Qué es lo que os animaba a seguir?
Cube era un proyecto en el que todos teníamos muchas ganas de trabajar. Si no nos hubiese importado lo que estábamos creando, habría sido fácil dejarlo, pero tienes que estar motivado a nivel personal para seguir adelante y enfrentarte a los problemas que van surgiendo así como tener claro el potencial de lo que tienes entre manos.
¿Cómo transformaste tu visión en un negocio?
Para poder seguir produciendo, hemos aprendido que es fundamental contratar a gente e invertir. Yo me dedicaba a la parte de diseño del producto, la experiencia del usuario y a comprobar que nuestro producto realmente funcionase. Paul había estudiado finanzas y Rocky se encargaba de dirigir nuestro desarrollo tecnológico. En estos momentos trabajamos en la empresa 10 personas y a medida que vas creciendo se va haciendo más evidente en qué departamentos te hace falta ampliar la plantilla.
¡Parece que os ha ido todo de lujo!Si pudieses cambiar algo de lo que has hecho, ¿qué sería?
Si pudiese volver atrás, dedicaría más tiempo a mantener y cultivar la comunidad [que se construyó tras la campaña de Kickstarter], ya que la visibilidad en Internet de una empresa pequeña es realmente efímera.
¿Cómo os van las cosas ahora?
¡Bastante bien, la verdad! En Australia hemos logrado abrirnos paso en la industria de la pintura y acabamos de sacar nuestro segundo producto a la venta de la mano de nuestros fantásticos socios, Dulux. Se trata de la misma tecnología base pero hemos trabajado codo con codo con ellos para crear un producto más duradero y resistente que puedan utilizar los pintores profesionales. Y además seguimos con la promoción de Cube en ferias internacionales por todo el mundo. El pasado mes de septiembre estuvimos en Londres ya que fuimos uno de los patrocinadores de la feria 100% Design y en enero estuvimos presentes en la feria CES en Las Vegas. Es una manera de aumentar nuestra exposición.
¿Qué has aprendido de toda esta experiencia?
Es fundamental ser perseverante, pero también no dejar que el proyecto te consuma. En nuestro caso, quisimos que nuestro primer producto fuese tan perfecto que cuando estaba listo, nosotros estábamos agotados. Tienes que aprender a desconectar. Yo por ejemplo he empezado a meditar 10 minutos al día. Da igual cómo lo hagas, pero tienes que saber desconectar.
Cuando le pregunto a DJ sobre la posible expansión de su producto, se vuelve sospechosamente evasivo. Intento hacer la bromita sobre el futuro lanzamiento de una Esfera o Cilindro, pero no cuela. Será interesante ver lo que hacen estos chicos de Palette.
¿Te ha inspirado esta historia? Cuéntanos por qué.
Artículo original de Katrina Vines
Mantente en contacto
Obtén inspiración, consejos comerciales y ofertas especiales directamente en su bandeja de entrada con nuestro MOOsletter, disponible cada dos semanas.