Cómo elegir un diseñador web

Estás cenando en casa de los vecinos y mencionas que necesitas un diseñador web. Entonces ellos te comentan que su hijo está muy metido en el tema de las webs últimamente, que está haciendo un cursillo en el instituto y que quizá podría ayudar.

Tu te lo piensas por un momento. Es muy tentador. Sería barato, incluso puede que lo hiciera a cambio de esos pastelitos que te salen tan bien y que le encantaron la última vez que los probó.

¿Pero hará un buen trabajo? ¿Y si no es así? O lo que es peor, ¿tú cómo lo vas a saber? No tienes ni idea de diseño web, lo tuyo es… Lo que sea que hagas para ganarte la vida. No tienes porqué saber lo que debes buscar en un buen diseñador web.

Por eso quiero ayudarte.

Una foto necesita desesperadamente mil palabras

Jason Putorti es el diseñador detrás de Mint. A día de hoy, entre muchas otras cosas, se dedica a poner en contacto a diseñadores con startups. Este es su consejo a la hora de revisar un portfolio:

“Hazle caso a tu instinto para decir sí o no. O te gusta o no te gusta. Si no estás seguro de si es bueno, mis primeros filtros son la información prioritaria (¿las 5 cosas más importantes de la página saltan a la vista?), la organización de la información (¿las ideas relacionadas están cerca entre sí?), la intuición (¿está claro cuál es el siguiente paso?) y por último la claridad del texto”.

Cualquier diseñador con el que hables te podrá enseñar ejemplos de sus trabajos anteriores. Asegúrate de que les echas un vistazo y de que te explican bien en qué consiste cada uno.

Hay una serie de cosas que te deberías preguntar, como cuál es el objetivo de ese diseño, qué intentaba conseguir la empresa, cómo les ayuda ese diseño a conseguirlo, por qué se decantaron por ese formato, o si el tono desenfadado del texto está pensado a propósito.

El diseñador debería tener respuesta a todas estas preguntas: el objetivo era aumentar la conversión de clientes un 10% en seis meses. El diseño deja clara la propuesta de la empresa y atrae la atención del usuario hacia ella, para después pedirle que se registre. El texto lo escribí yo mismo y refleja la personalidad amistosa de la empresa. Tres meses después del lanzamiento las conversiones habían crecido un 8%. Desde entonces hemos hecho algunos ajustes. En este momento estamos haciendo un seguimiento de los cambios.
Ahora es cuando se ha ganado el pastelito.

Preguntas y más preguntas

¿Te acuerdas de que cuando eras pequeño no parabas de preguntar ¿y por qué? cada dos minutos? Pues ese el trabajo de un diseñador. El diseño no consiste en poner píxeles en una pantalla, eso solo es decorativo. El diseño es un ejercicio de resolución de problemas.

Por eso, y quiero hacer hincapié en este punto, tienes que buscar a alguien que haga un montón de preguntas.

La persona que puede ofrecerte un gran diseño esa persona que quiere saberlo todo sobre tu empresa, tus objetivos, tus clientes, la historia de tu empresa, la historia detrás de tu página actual, y todo lo que se te pueda ocurrir. Un diseñador siempre va a preguntar ¿y por qué?.

Los diseñadores son increíblemente curiosos. Quédate con el más curioso de todos.

Investigación

Drew Davidson, VP de Diseño de ÄKTA, comenta esto sobre su experiencia dirigiendo la página web de experiecia de usuario UX Matters: “Nuestro proceso se basa en la investigación y a menudo obtenemos resultados que no son lo que el cliente, o lo que uno mismo como diseñador, habría esperado, pero siguen teniendo valor. Es bastante fácil darse cuenta de quién tiene esta habilidad, solo hay que mostrarle al diseñador un caso práctico en la entrevista y preguntarle cómo enfocaría un proyecto para mejorarlo. Si responde con una serie de preguntas bien pensadas sobre el usuario, en lugar de dar una lista de cambios específicos, está claro que es un diseñador que se preocupa mucho más por las necesidades del usuario”.

Este punto es muy importante.

Cuando el diseñador hace recomendaciones, lo que importa es que sean fundadas, y no una opinión personal. Todo lo que sugieran debe estar motivado por algo, por una idea que lo sustente, por los resultados de un estudio, o por datos que indiquen que es una intuición válida. El diseño se basa siempre en la intuición, y si es buena tiene resultados increíbles.
Puedes tener lo que quieras.

Volvamos al momento en el que estabas a punto de darle una oportunidad al hijo del vecino.

¿Sabes qué clase de diseñador necesitas?

Antes, los diseñadores web eran eso, diseñadores web. Ahora son diseñadores de Experiencia de Usuario, diseñadores gráficos, codificadores front-end (la gente que escribe el código de las páginas web tal como las ves, en lugar de la lógica programática detrás de una aplicación compleja), expertos en estrategia de contenidos, analistas de usabilidad, y muchas más cosas.

¿Solo quieres contratar a un diseñador web? Pues necesitas a alguien que sepa hacerlo todo, alguien capaz de desarrollar a fondo una estrategia, de desarrollar aplicaciones sofisticadas, de crear un buen diseño gráfico, de entender el concepto del branding y de manejar a la perfección las redes sociales.

Lo ideal, en mi opinión profesional, es contratar a un diseñador de front-end para las páginas en sí, un programador de back-end si lo necesitas, y un experto en estategia para dirigir el proceso. No hace falta que trabajen a tiempo completo. El esfuerzo inicial de cada uno llevará bastantes horas, está claro, pero después puedes contar con sus servicios solo tanto como los necesites.

La estrategia y la ejecución requieren habilidades completamente distintas. Si un diseñador afirma tener ambas, lo más posible es que no dominen a la perfección ninguna de las dos. Si quieres calidad, lo mejor que puedes hacer es buscar a dos profesionales distintos, en lugar de contratar a uno solo que además te va a cobrar la hora a precio de oro.
Decide qué habilidades específicas necesitas que tengan. De lo contrario, puede que te toque hacer pastelitos para una persona distinta cada semana.

¡Buena suerte y cuéntanos cómo te ha ido!

Escrito por Robert Hoekman Jr
Fotografías: Shutter Stock